Durante este siglo, las materias de Habilidades del Pensamiento, Contabilidad y Comunicación Oral y Escrita han sido fundamentales para mi desarrollo académico y personal. Cada una de ellas ha aportado herramientas y conocimientos valiosos que he podido integrar y aplicar en diversas situaciones tanto dentro como fuera del aula.

Habilidades del Pensamiento ha sido una materia que me ha retado a reflexionar profundamente y a desarrollar un pensamiento crítico y analítico. A través de diversos ejercicios y actividades, aprendí a abordar problemas complejos de manera estructurada y a considerar múltiples perspectivas antes de llegar a una conclusión. Esta capacidad de análisis no solo es crucial en el ámbito académico, sino que también resulta invaluable en la toma de decisiones cotidianas.

En Contabilidad, adquirí conocimientos prácticos sobre la gestión financiera y la interpretación de estados contables. Aunque inicialmente me resultó desafiante familiarizarme con los conceptos y técnicas contables, con el tiempo y la práctica, logré comprender la importancia de la precisión y el detalle en esta disciplina. Los casos prácticos y ejercicios en clase fueron especialmente útiles para aplicar la teoría a situaciones reales, lo cual consolidó mi comprensión y habilidades en esta área.

La materia de Comunicación Oral y Escrita fue especialmente relevante para mejorar mis habilidades de expresión y presentación. Aprender a comunicarme de manera clara, efectiva y persuasiva ha sido una de las competencias más importantes que he desarrollado. Las diversas actividades, como presentaciones orales, debates y redacción de ensayos, me ayudaron a ganar confianza y a perfeccionar mis técnicas de comunicación.

Integrarme en equipo fue una experiencia enriquecedora, aunque no estuvo exenta de desafíos. Al principio, coordinarse con los diferentes estilos de trabajo y disponibilidad de mis compañeros fue complicado. Sin embargo, con el tiempo, aprendimos a colaborar de manera efectiva, distribuyendo tareas según nuestras fortalezas y apoyándonos mutuamente. Esta experiencia no solo mejoró nuestras habilidades de trabajo en equipo, sino que también fomentó un ambiente de aprendizaje colaborativo y respetuoso.

En el aula de clases, mi experiencia fue positiva y constructiva. La interacción con los profesores y compañeros me proporcionó diversas perspectivas y conocimientos adicionales que complementaron el material del curso. Los debates y discusiones en clase fueron especialmente útiles para profundizar en los temas y para desarrollar una comprensión más completa y crítica de los mismos. Además, el ambiente de apoyo y motivación que se generó en el aula fue crucial para mantenerme comprometido y enfocado en mis objetivos académicos.